La administracion de empresas, una profesión multidinamica
Hoy en el día del administrador de empresas es importante hacer un alto en el camino para que los empresarios, docentes y estudiantes del país, analicen los cambios que ha tenido esta profesión y lo que se espera para el futuro, así como las necesidades y expectativas del Estado y la sociedad en general.
En entrevista con PORTAFOLIO, Alvaro Velásquez Caicedo, presidente de la Asociación Colombiana de Facultades de Administración, Ascolfa y decano de la Facultad de Administración de Empresas de la Universidad Central, destacó la necesidad de que los estudiantes reciban una formación propia de los nuevos tiempos, sin olvidar la existencia de valores y principios inculcados desde siempre en la administración.
Aquí es donde surge una ventaja en la formación de estos profesionales, teniendo en cuenta que la administración es una disciplina multidisciplinaria, en donde se manejan varias partes del proceso productivo: producción, ventas y manejo de recursos humanos, entre otros.
Es por esto que el administrador del futuro debe estar preparado para desempeñarse en los diferentes campos de la organización y, de esa manera, atender un poco a la reestructuración de las empresas.
Para Velásquez, la persona que es especializada y que sólo conoce un campo de la organización, tiene el riesgo de quedarse sin posibilidades de un desarrollo laboral. Por eso, el país demanda urgentemente de personas que sepan desempeñarse en diferentes escenarios.
Administración y Estado Hoy en día, el administrador no es solamente es el que trabaja dentro de la racionalidad económica de la empresa privada, sino que también está llamado a desempeñar un importante papel dentro de otras organizaciones, como lo es el Estado. De hecho, esta es la organización más grande en cualquier parte del mundo.
Actualmente, los administradores pueden entran al manejo del Estado con los conceptos de eficiencia, eficacia, planeación y cumplimiento de objetivos. Y es precisamente ésta la manera de justificar su presencia en la administración del Estado, entrando a romper con el concepto de estar amarrado al cargo por un nombramiento o una delegación política.
En ese sentido, se viene rompiendo con las fronteras que habían entre lo público y lo privado. Y aunque no es un rompimiento total, si hay una posibilidad para que el administrador entre en ese escenario con mayor posibilidad y que así mismo el Estado cumpla con las expectativas de la sociedad.
Igualmente, los administradores están llamados a conocer el manejo de la tecnología de punta, fundamentalmente en el campo de la informática y las telecomunicaciones. Con conocimientos sólidos en este campo, los administradores tiene la posibilidad de conectarse rápidamente con el mundo, de lo contrario su formación sería obsoleta.
Lo mismo sucede con profesionales de cualquier campo, pero los académicos piensan que es más representativo en los administradores, porque tienen la necesidad de tomar decisiones empresariales en momentos determinados.
Y es precisamente la rapidez con la que se toman las decisiones la característica de la cual depende mucho la estabilidad y el desarrollo de la organización , afirmó Velásquez.
Otro aspecto importante a la hora de hablar de las características de un buen administrador, es que tengan una gran comprensión de los fenómenos políticos, económicos y sociales. Esto se ve, porque día a día la toma de decisiones del Estado afecta indudablemente a las empresas y los empresarios del país.
Un ejemplo de esto, son precisamente los procesos de negociación de paz, los cuales eran procesos reservados exclusivamente a los políticos y que ahora tienen un espacio abierto para que los administradores influyan en la toma de decisiones.
Igualmente, en el proceso de transformación de la constitución de este país hubo empresarios que jugaron un papel fundamental, hecho que no hubiera sido posible si los administradores no hubieran tenido claros conocimientos del manejo político del país.
Formación empresarial Tomar conciencia de la necesidad de tener una formación permanente es el campo en el que están trabajando arduamente todas las facultades de administración del país durante los últimos años.
Por esta razón, se ha hecho necesario realizar reformas curriculares que les permitan a los estudiantes responder de manera permanente a los cambios en lo político, en lo económico, en lo social y cultural del país.
Para alcanzar estas metas, la academia se enfrenta a varios retos, en donde su principal tarea es mirar cómo se le debe responder a las necesidades de la sociedad y las empresas.
En estos momentos las universidades están formando a profesionales con la capacidad de escribir y de contextualizar para que tengan la posibilidad de mirar en cada momento qué es lo que necesitan aprender y desaprender , dijo Velásquez.
La mayoría de las facultades están formando a los 30.000 estudiantes del país en varias dimensiones como lo recomienda la Unesco: Como primera medida, es importante que los estudiantes aprendan a hacer, que se refiere a la parte instrumental y técnica. El segundo aspecto es aprender a ser, por lo cual se están formando profesionales basados en la ética y los valores.
En tercer lugar, es importante aprender a aprender, considerada como la capacidad de estar adaptando los avances científicos a las necesidades de la organización y, finalmente, la Unesco recomienda aprender a desaprender, que es la capacidad para estar rompiendo paradigmas.
Así mismo, las facultades están trabajando en la inserción en el mundo globalizado en el campo económico. Por lo que se está haciendo mucho énfasis en observar esos fenómenos para darles el toque particular, sin perder la riqueza cultural local y así tener mejores posibilidades para administrar bien.
Por esta razón, hay asignaturas que enseñan lo que está pasando en los mercados mundiales, las posibilidades de negocios en otros países y la forma de relacionarse culturalmente con otros consumidores, proveedores y competidores.
Otro tema que se está trabajando en las facultades de administración es el del espíritu empresarial, el cual busca que las personas desarrollen su capacidad creativa y hacer un mejor uso de los recursos con los que cuenta la empresa.
Y precisamente la misión de las Facultades de Administración de Empresas del país se encamina a formar profesionales en esta área, con criterio humanístico, habilidades y destrezas gerenciales y empresariales e interempresariales, con capacidad de decisión.
Tal es el caso de la facultad del Politécnico Grancolombiano que además de esto, pretende responder a los factores de competitividad para la solución de la problemática de las organizaciones empresariales y el mejoramiento integral de la calidad de vida en Colombia, desde la perspectiva ética y de desarrollo sostenible, como principios de nacionalidad y proyecto de vida, hacia el bienestar socioeconómico y cultural del país.
Gestión humana El respeto por el ser humano se ha convertido en una de las partes más importantes dentro de la organización. Por eso, se refleja la importancia de la función de los departamentos de recursos humanos; incluso, se está rompiendo con la idea de que el departamento de relaciones humanos o gestión humana sirva simplemente en los procesos de contratación del personal.
Carlos Eduardo Mendez, magister en Administración y profesor de la Facultad de Altos Estudios de Administración y Negocios de la Universidad del Rosario, en su artículo El nuevo gerente de gestión humana: una propuesta en el perfil para el nuevo milenio , afirmó que al hacer un análisis retrospectivo de la función de recursos humanos en Colombia, se encuentra un proceso muy diferente en su concepción y evolución al de otras áreas funcionales.
Los recursos humanos en Colombia iniciaron en los años 50 con los llamados Departamentos de Relaciones Industriales, centrados en el manejo de las relaciones obrero patronales y sus aspectos sindicales.
Posteriormente, ante el auge de la sicología industrial emerge el profesional de esta disciplina, quien mediante el manejo de técnicas de selección y la extensión que hace de los conocimientos de su profesión a otros aspectos relacionados con la administración del personal, se convierte en el perfil deseado para que desempeñe nuevas funciones en la dirección de recursos humanos.
Profesionales en la administración y economía, ingenieros industriales, contadores, abogados y sicólogos han ido incorporándose en las labores de administración de personal dentro de lo que las empresas han llamado Departamentos de Recursos Humanos.
Al caracterizar los departamentos de Recursos Humanos con estudiantes del CESA en Bogotá, en la asignatura Organización de Recursos Humanos y con la cual Méndez trabajó durante cuatro años, se puede concluir lo siguiente: Hay diversidad de conceptos y criterios en el empresario colombiano sobre la asignación de las funciones, responsabilidades y alcances del área de Recursos Humanos.
Para algunos, ésta no pasa de ser una oficina que hace trámites de enganche, contratación y administración del personal por el pago de la nómina, la imposición de sanciones y despido, entre otros. En consecuencia, esta función la podría hacer cualquier persona que entienda de procedimientos, que para este efecto exige el código laboral.
Mientras que para otras personas, la función de los recursos humanos va mucho más allá. A los procesos anteriores se le adiciona otros más rigurosos, con perfiles de cargo, actividades de capacitación y bienestar del empleado.
Pero hay un tercer nivel en empresas grandes que tienen la visión más amplia y establecen otras funciones adicionales relacionadas con higiene y seguridad, evaluación de desempeño, estudios salariales, planes y beneficios y manejo de relaciones con el sindicato.
En este orden de ideas, Méndez afirma que en Colombia los departamentos de Recursos Humanos han sido creados con la función de administrar el personal de la empresa y para ello se necesita una persona profesional, con alguna experiencia en el área, con estudios de posgrado o los diferentes énfasis que este tema vienen ofreciendo algunas universidades.
Empresa ética Actualmente, los programas académicos hacen mayor énfasis en la ética del profesional, teniendo en cuenta que los valores se traducen en responsabilidad social. Por eso se está creando conciencia desde la universidad en el desarrollo sostenible y los valores de cumplimiento con las obligaciones de los empresarios para con el Estado.
Según Mario Ballesteros Mejía, decano de la Facultad de Administración de Empresas de la Universidad de la Salle, en su artículo Tendencias gerenciales administrativas y empresariales hacia el siglo XXI , dice que efectivamente la empresa del siglo XXI es la empresa ética y debe definirse a partir del hombre y llegando a él.
Para él, una organización empresarial que se inmediatiza gracias a la celeridad de la información, que mediante los supercomputadores, el escaneo rápido, el celintegrado, algunos instrumentos tecnológicos de punta que intercomunican en microsegundos, corre el riesgo de acentuar la insostenible levedad de los principios modernos hacia los tiempos de la globalización.
Sin embargo, esa información que resulta vital para organizar las empresas del siglo XXI y que han configurado la aldea global como la opción del futuro, adquiere otra realidad sostenible si se avizora que antes de ser la empresa un lugar en donde se produzcan simplemente acercamientos, también haya agilidad de comunicación y que el hombre se conozca a sí mismo.
Es así como la empresa ética permite edificar conceptos que evocan valores como la confianza, la cooperación, el respeto activo y el diálogo, características que deben tener todas las empresas del país.
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